Por Entrevías Radio | Junio 20, 2025
Hay artistas cuya música no solo se escucha, sino que se siente como si viniera de un lugar antiguo, profundo y necesario. Katie James es una de ellas. En la entrevista más significativa que hemos realizado este año, conversamos con la cantautora colombo-irlandesa que ha hecho del bambuco, el pasillo y la décima un puente entre memorias, geografías y generaciones.
Katie James nació en Irlanda, pero la vida le tejió un destino en las montañas del Tolima, adonde llegó con su familia a los dos años de edad. Allí germinaron sus primeros recuerdos, y también su relación con la música colombiana. “Mis primeros recuerdos son ya estando allí, en esas hermosísimas montañas tolimenses”, contó. “Nuestros vecinos llegaban a nuestras fiestas con pasillos, guabinas, bambucos… y así llegó esa música a mi vida”.En su casa se escuchaba también música country, folk y blues, lo que terminó conformando un lenguaje sonoro propio, íntimo y diverso. “Escucho música andina colombiana e inmediatamente se me vienen a la memoria esos paisajes montañosos. Para mí, están profundamente conectados”.
Aunque su trayectoria lleva años de construcción, fue la canción “Toitico bien empacado” la que llevó su música a nuevas audiencias en América Latina. Compuesta desde su vivencia campesina, repasa de forma aguda, pero poética, la desconexión entre el campo y la ciudad. “La escribí para hacerle esa pregunta desde mi perspectiva campesina a los citadinos muy citadinos: ‘¿su Merced qué sabe de acá?’”.El video, grabado en la finca familiar, tuvo un alcance inesperado. “Nunca imaginé lo que iba a pasar. Fue un fenómeno sin precedentes para mí... y quizás también para un bambuco”. La canción mostró cómo se puede hablar del territorio, de la dignidad rural y de la identidad, sin solemnidad, con gracia y con arte.
La historia de Katie también está atravesada por la experiencia del conflicto armado. “Fuimos desplazados dos veces, y dos miembros de nuestra familia murieron en el Tolima”, compartió. “Inicialmente sentíamos que vivíamos en un paraíso… luego entendimos que nos habíamos metido en la boca del lobo”. Su testimonio deja claro que el campo colombiano es tanto belleza como resistencia.
Desde pequeña, Katie supo que quería contar historias a través de canciones. “Cuando supe que Shakira había empezado a componer a los ocho años, le dije a mi mamá: ‘¡yo ya tengo trece!’”, recordó entre risas. También la inspiraron Alanis Morissette, Tracy Chapman y, claro, la música andina que sus vecinos compartían generosamente.Hoy, artistas como Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, Marta Gómez y Victoria Sur son referentes importantes en su camino. “He tenido la fortuna de poder compartir con ellas canciones y escenarios”, nos contó. Sus colaboraciones no son gestos decorativos, sino diálogos entre voces que comparten una sensibilidad estética y un compromiso con lo propio.
En su exploración artística, Katie también ha adoptado la décima como forma de expresión. “Todos los cantautores, cuando la descubrimos, tenemos por lo menos temporalmente una obsesión con ella”, dijo entre risas. Su vínculo con esta forma poética empezó en Chile y creció con el acompañamiento del improvisador cubano Alexis Díaz Pimienta y las reflexiones de Jorge Drexler. Hoy forma parte de varias de sus canciones, como Décima De Camerino y Décima al Tolima, y también en colaboraciones como la que hizo con Victoria Sur.
Katie James se presentará el 26 de junio en el Café Berlín de Madrid. Será un concierto acústico, en formato cantautora, con guitarra en mano. Un viaje por sus propias canciones y por el repertorio latinoamericano, especialmente el colombiano. “Es como dibujar un poco a Latinoamérica y contarla a través de los ritmos, las melodías, las descripciones de paisajes…”, explicó.Para el público colombiano y latino, promete ser una experiencia cargada de emoción. Para quienes la escuchen por primera vez, una entrada a un universo sonoro honesto, cuidado y lleno de belleza. “Van a encontrar una Katie muy feliz, muy emocionada, porque estoy viviendo un momento de mucha vida musical y muchas ganas de compartir esta música”.
Como cierre, le pedimos a Katie que recomendara una canción de otro artista. Escogió sin titubear La curandera de Natalia Lafourcade. “Me encanta. Para escucharla, para bailarla, para reflexionar… tiene todo”.Así termina esta conversación con Katie James, una artista que ha hecho de la música una forma de arraigo, de memoria y de belleza. En su voz habita un continente. Y nosotros, desde este lado del micrófono, agradecemos haberla escuchado.