Por Entrevías Radio: En el corazón palpitante de Cali, donde el bullicio se entreteje con el ritmo del Pacífico y la nostalgia vibra entre notas de trova y poesía urbana, habita Jesús Abraham Romero. Este cantautor, también conocido como Arpa la Romería, no solo ha dejado huella en los escenarios de la ciudad, sino que ha liderado un colectivo que mezcla música, humor y crítica social: La Culpa es de los Amigos.Conversamos con él para esta edición especial dedicada al arte de hacer canción de autor en Colombia, un ejercicio que es tanto resistencia como devoción. En sus palabras, su historia comienza "de la manera más orgánica posible", sin antecedentes familiares musicales. “No tengo ningún papá músico ni mamá música”, nos cuenta, “pero algo en mí sentía la necesidad de acercarse a la guitarra”.
El flechazo llegó en forma de cassette. “Un amigo que vivía en Nueva York me puso un cassette de Silvio Rodríguez… fue amor a primera vista”, recuerda Jesús. Aquella primera impresión sembró en él una búsqueda incesante, que lo llevó a explorar desde el rock argentino de Sui Generis y Soda Stereo, hasta el hip hop de LL Cool J, RUN DMC y The Beastie Boys. “En el barrio donde crecí, en Paso Ancho con 44, se hacía mucho breakdance. Teníamos un grupo que se llamaba Homeboy Dicks y rapeábamos con la boca, hacíamos beatbox”.El eclecticismo de su formación musical es parte esencial de su propuesta artística. “Cali es una ciudad que escucha de todo, desde Pastor López hasta Vallenato. Uno termina siendo un híbrido, y eso está bien. Al final, uno escribe con todo eso en el alma”.
De esas experiencias musicales nació una necesidad: crear un espacio colectivo donde el canto de autor pudiera vivir en comunidad. Así nació “La Culpa es de los Amigos”. Un nombre que suena a disculpa, pero que es en realidad una declaración de principios. “La gran música nace de las uniones”, asegura. “Eso no es entendido por muchos músicos, pero las grandes gestas culturales nacieron de la cooperación, del apoyo mutuo”.El proyecto comenzó como un festival entre amigos. “Cada uno cantaba sus canciones y ya, hicimos cinco festivales. Después nos quedamos tres: Fabián Martínez, Alejo Restrepo y yo. Y todo fue transformándose”. Entonces llegó el humor, la comedia, el stand-up. Porque detrás de cada canción hay una historia, y detrás de cada historia, una emoción.
“El cantautor, por esencia, es un ser solitario”, reflexiona Romero. Pero La Culpa es de los Amigos ha demostrado que se puede crear en conjunto sin sacrificar la autenticidad. “Componer en colectivo te obliga a soltar el ego. Te permite decir: mira, esto es lo que tengo, ¿qué opinas tú? Y así han salido canciones como arroz”.Los espectáculos del grupo mezclan música, teatro, improvisación y participación del público. “Nos dimos cuenta que la música es emoción y nostalgia, pero también puede ser risa. Creamos rutinas con temas como ‘La culpa es del hierro’, ‘La culpa es de la mamá’, ‘La culpa es de ellos’ y ‘La culpa es de la muñeca’, esta última en diciembre”.Así, en pleno corazón caleño, el colectivo ha llenado teatros pequeños y medianos con funciones auto-gestionadas. “Este año hicimos diez presentaciones en Cali, todas con aforo completo”, dice con orgullo. “Y ahora nos están pidiendo ir a Bogotá. Nos quieren allá un mes, hacer temporada”.
Romero es claro: su apuesta no es solo musical. Es emocional, afectiva, casi terapéutica. “Una de las herramientas del amor es el humor. Cuando conquistas a alguien y la haces reír, la batalla está ganada. Lo mismo queremos con nuestro público: hacerlos reír, llorar, pensar. Llevarlos por un camino de emociones”.Aunque la canción de autor carga a menudo con el estigma de la melancolía, Romero la reinventa con sátira y alegría. “Hay gente que cree que esto es solo para bohemios aburridos. Pero no. Queremos romper ese esquema”.
La Culpa es de los Amigos acaba de lanzar dos sencillos: Cumbia pa’l despecho y La culpa es de los amigos. El primero es un homenaje a los íconos caleños: el “chontaduro”, el “chuspa”. “Es una cumbia villera, más cercana a Argentina que a Barranquilla. Una cumbia del sur del Cauca”, dice.El grupo trabaja también en un rap que denuncia el feminicidio, demostrando que no han abandonado el compromiso social. “La sátira y el humor son poderosas herramientas para decir verdades”, afirma Romero.Además, Jesús continúa con su proyecto solista como Arpa y la Romería. Este año grabó Conmigo, una canción compuesta junto a músicos venezolanos que será interpretada en joropo. “Quiero que la gente cante mis canciones. Soy cero egoísta. La música no es para competir, es para compartir”.
El grupo espera cerrar el año con un nuevo álbum y sueñan con producir un espectáculo completamente inédito. “Ahora tocamos algunas versiones, pero el objetivo es que todo sea original”, nos confiesa.Entre risas y nostalgias, entre versos y carcajadas, Chucho Romero y su grupo hacen de cada canción una crónica emocional, una postal sonora de la Cali de hoy. Y aunque los caminos del cantautor sean solitarios por naturaleza, él ha demostrado que con amigos —culpables o no— se puede llegar mucho más lejos.