
El cantautor argentino Ignacio Copani ofreció una extensa y profunda entrevista en Entrevías Radio, compartiendo detalles de su nuevo espectáculo, "Bendito Serrat", y brindando una crítica aguda al panorama musical, la influencia de la tecnología y la dinámica cultural de las grandes urbes.Copani se presentará en Madrid el miércoles 5 de noviembre en el Teatro Luchana a las 19:30 horas y el sábado 8 de noviembre en La Nave de Málaga.
Ignacio Copani enfatizó que su espectáculo "Bendito Serrat" es un concepto que celebra la influencia de Joan Manuel Serrat en su carrera y en la de otros cantautores. Aclaró que no se trata de un tributo ni de reversiones, sino de un reconocimiento a "cuáles son las influencias más importantes, a mi humilde manera de ver, que tenemos los cantautores".El artista destacó el legado del catalán como un "podio que es indiscutible". Al mismo tiempo, señaló la dificultad que la brillantez de Serrat impone a los compositores: "Es una gran exigencia, porque es muy difícil abordar una temática que ya haya tocado el bendito Serrat". Incluso con ironía, Copani mencionó la existencia de un tema propio llamado "Maldito Serrat" que habla de la frustración de un compositor al no encontrar temas originales.El argentino ponderó el valor de Serrat al acercar la poesía a las masas: "Nos abrió un portal de poesía que probablemente no hubiéramos conocido en la escuela", introduciendo a un "muchacho del suburbio de Buenos Aires" a la obra de poetas como Antonio Machado, Miguel Hernández, León Felipe y Rafael Alberti.
Copani abordó la música en el contexto de una "batalla cultural permanente". Sostuvo que existe una "dinámica que maneja el poder real" que busca "domesticar a los pueblos", y que resulta "más fácil votar un Milei si escuchás [...] todo el día una música de porquería".Para el cantautor, la música, a diferencia del mero "entretenimiento auditivo", debe cumplir con condiciones fundamentales: melodía (el guion), armonía (el vestido) y rítmica. Si le falta alguno de estos elementos, no lo considera música, sino un producto que, si bien puede conmover, como "el ruido de la lluvia en un techo de chapa", no cumple con los estándares creativos. Advirtió que la industria actual está produciendo productos muy "urgentes" y "efímeros", con éxitos que "duran dos días o una semana", a diferencia de lo que antes se consideraba un "éxito de verano".
Copani reconoció que herramientas digitales han "democratizado" la producción musical, permitiendo a personas sin recursos sacar canciones. Sin embargo, mostró su preocupación por el uso de la Inteligencia Artificial, que ya permite hacer jingles o composiciones sin autoría clara. Se cuestionó: "¿Quién va a cobrar el derecho de autor? Yo que se la pedí, Víctor Manuel, o el dueño de la aplicación, no sé, pero alguien se va a llevar el crédito".Más allá de la IA, el músico criticó el "individualismo" que aleja a los artistas de la colaboración: "Está bueno juntarse en un garage con los equipos que se puedan entre los músicos y entrar en esa catarsis que se logra nada más con el trabajo en grupo". Lamentó la dificultad que tienen los nuevos talentos para ser escuchados, una barrera que él atribuye a la falta de espacios para la comunicación: "Nos cuesta mucho encontrar dónde comunicar, no dónde crear".
Frente a la tendencia digital, Copani defendió la música en directo como una experiencia "irremplazable". Señaló que la sensación de reencuentro que se produce en la sala es fundamental para el público, y que ni siquiera la mejor tecnología podría sustituir la propuesta integral de la música en vivo. Bromeó al cuestionar si la gente pagaría una entrada para escuchar música creada por IA en auriculares, a diferencia de la emoción que genera "un mega recital en una cancha" o un concierto "en un bar, donde haya música y se escuchen las copas y las risas".
Consultado sobre su relación con Buenos Aires, Copani la describió como una ciudad de "amor y odio permanente", que si bien es amable para vivir y ofrece "mucha energía, mucha creatividad", también "te cobra" por sus complejidades. Mencionó el ritmo febril y la densidad de población, con más de 10 millones de personas en el área metropolitana, lo que genera grandes trastornos.El artista no eludió la crítica social, mencionando que la desigualdad forma parte del paisaje: "Es parte del paisaje ver familias enteras durmiendo en la calle y eso verdaderamente nos deshonra", especialmente en un país con el potencial de Argentina. También se refirió a la situación política del país como un "estado de excepción, como de laboratorio" y un "experimento de ultraderecha" que preanuncia como "crónica de una muerte anunciada".
Copani compartió que su primera canción fue impulsada por las "primeras emociones que se te escapan de las manos" en la adolescencia. Una práctica que mantiene es la de componer a "la mañana temprano, con la fresca del alma", buscando una lucidez que le permite equilibrar su "locura con su cordura".Al concluir la entrevista con una sección de preguntas rápidas, eligió: